Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

miércoles, 23 de mayo de 2012

2040, fecha de cierre de muchas parroquias

Hoy me inquieta el futuro de las parroquias, como células que forman la Iglesia.

Es evidente que toda parroquia necesita estar formada por una comunidad de personas de diferentes edades. Esto asegura la continuidad del mensaje de Jesús en el entorno en el que se desarrollan las actividades parroquiales (barrio, ciudad...). De todas las generaciones, la especialmente inquietante es la juventud. En ella el individuo se construye, no ya según las indicaciones de los padres, sino desde su propia libertad. Esto hace que los caminos y experiencias vividos durante este período sean especiamente importantes y por ello también recordados durante toda la vida.


A unos pocos días de Pentecostés, fecha donde suelen recibir el sacramento de la Confirmación la mayor parte de los jóvenes cristianos, me pregunto con qué asiduidad acudirán a su parroquia después de recibirlo. Lo más probable es que la abandonen, como el universitario que una vez título en mano sólo se pasa por la facultad para algunos trámites.

Pero ¿a caso nuestras parroquias ofrecen otras opciones?. La misa dominical es muy importante, pero si el joven no se encuentra en auténtica comunidad al celebrarla (y que le da sentido), a las pocas semanas terminará por no acudir. Debemos ofrecer en nuestras parroquias un camino de continuidad durante toda la vida y especialmente en el momento de la juventud, es decir tras la Confirmación.

En 30 años sólo sobrevivirán aquellas parroquias que hoy ya estén ofreciendo una continuidad a los jóvenes.  
El resto se verá obligada a echar el cierre, pese a haber tenido en sus manos el mejor de los mensajes.

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