Hoy me inquieta el nuevo gesto del papa Francisco. Ya no se trata de un gesto simbólico como el de los zapatos, la ropa o el trono. Ahora sí que estamos ante una decisión que puede convertirse en el inicio de algo nuevo.
Se nota que Francisco viene de la vida religiosa donde tanto el superior general, como los provinciales, cuentan, para su tarea de animación y gobierno, con la ayuda y colaboración de un consejo que le asesora en la toma de decisiones.
Mucho ha cambiado desde que el concilio Vaticano I declaró la infalibilidad del papa. Los tiempos pasan y cada vez más la Iglesia, y con este papa parece que de manera más rápida, es consciente de la necesidad de abrirse a las bondades de nuestro mundo, donde no solo hay materialismo, relativismo ético...
La colegialidad que ha introducido el papa con el nombramiento de este consejo es un paso, pequeño, pero un paso, hacia la democratización de la Iglesia, o al menos un "varapalo" al poder absoluto con el que muchas instituciones eclesiásticas actúan.
Ojalá todos seamos capaces de ver en estos gestos una llamada al cambio. Y ya no me refiero al Vaticano, sino a cada uno de nosotros. El mundo necesita gestos que llamen la atención, que interroguen a la gente, que haga pensar que no todo tiene que seguir siendo como hasta ahora.
El papa ya los ha mostrado, ¿y tú?
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