En el texto que hoy nos trae Lucas descubrimos que poco faltó en este capítulo para que la muchedumbre matara a Jesús. En este caso motivado por el anuncio en la sinagoga quién era y la misión que iba a desarrollar, algunos al oírlo se pusieron a empujarlo con la intención de despeñarlo.
Las verdades que Jesús anunciaba le crearon pocos pero fieles amigos y en cambio numerosos enemigos, tanto que como vemos en el texto de hoy casi se adelanta la anunciada muerte en la cruz de nuestro Salvador, por un despeñamiento.
En cualquier caso esta situación límite no sirvió para que Jesús se amedrentara, tampoco sus seguidores se atemorizaron tras el suceso, y continuaron confiando plemamente en él.
Jesús salió vivo de esta situación, pero no olvidemos que de la cruz también.
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