Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Para qué Dios creó el mundo si piensa destruirlo?

Hoy me inquieta el evangelio de hoy que leemos a sólo 4 domingos del 25 de diciembre y con el que da comienzo el Adviento y el año cristiano. Este texto apocalíptico que nos transcribe Lucas, es similar al de Marcos que leímos hace 15 días, en él Jesús vuelve a adelantarnos cómo será el fin del mundo, una visión catastrófica que nos pone la piel de gallina y el corazón en un puño.

¿Para qué Dios creó el mundo si después piensa destruirlo? esta respuesta es ciertamente un misterio, pero no es diferente a otros ejemplos que nos rodean ¿Para qué florecen las plantas o crecen los animales? ¿Para qué Dios me da la oportunidad de vivir si algún día me volverá a llevar a su seno? ¿Para qué Dios envió a su Hijo si sabía que lo íbamos a matar? en resumen ¿Por qué Dios crea para después destruir?

La conciencia de temporalidad es algo que se nos ha regalado a los hombres. Los animales no son conscientes de que morirán. Las plantas al florecer ni siquiera lo hacen de forma voluntaria. Sólo el hombre es capaz de construir edificios, civilizaciones y reinos consciente de que no perdurarán por siempre.

Quizá el cambio sea catastrófico o pueda generar miedo y contradicción, pero viniendo de un Dios que es Amor la ruptura supondrá una regeneración a otra situación mejor. En cualquier caso, dispongámonos a recibir al pequeño niño de Belén, porque su paso por la tierra será breve, aunque su memoria está predestinada a durar hasta nuestro encuentro con él en el fin de los tiempos.

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