Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

sábado, 8 de diciembre de 2012

Inmaculada Concepción


Hoy me inquieta: “María dijo sí arriesgando muchas cosas, confió en el espíritu y asintió”. Una frase que pertenece a una de las canciones de Alborada dedicadas a la Madre que más me llenan. Hoy, día de la Inmaculada Concepción, quería empezar mi inquietud así, resumiendo en una sola expresión toda la magia que envuelve su figura.

El papa Benedicto XVI ha invitado a los cristianos a seguir el ejemplo de María “para que también en nosotros la gracia del Señor encuentre una fe genuina y fecunda”. Pero no solo eso, también disponibilidad y confianza. No dudó ni un segundo, se fió y dijo aquello de: “Hágase en mí”.

La Virgen María, junto a Juan el Bautista, son personajes clave en el Adviento, pues son predecesores del gran milagro de la vida, de la llegada de Jesús. Y ayer, en millones de parroquias se celebraron vigilias en su nombre, momentos especiales, de recogimiento, de reflexión y de aprendizaje de su ejemplo y estilo de vida.

Fue elegida por Dios para ser la madre de Jesús, para ser Nuestra Madre. Una mujer sencilla, pura, humilde, buena y entregada. Dispongámonos pues a acoger en nuestro ser su gracia y a recibir con más alegría que nunca la llegada del Señor a nuestros corazones.

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