Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

domingo, 24 de junio de 2012

Las hogueras de San Juan

Hoy me inquieta Juan el bautista, protagonista del día y del evangelio de hoy.

En una sociedad estrictamente jeraquizada como era la judía, los descendientes de la tribu de Leví, los levitas, no podían desempeñar otro trabajo que no fuese el de sacerdotes. Esto suponía un privilegio, pero a la vez una complicación, pues en muchos casos los sacerdotes tenían poco que llevarse a la boca. En especial aquellos que como Zacarías acudían al servicio del Templo sólo una semana cada 24. [ver explicación en el Deuteronomio]

Zacarías, sacerdote casado con Isabel, deseaba tener un hijo en la ancianidad de ambos, y Dios así lo creyó conveniente. Aprovechando esa semana que él estaba en el Templo y mediante el Ángel Gabriel le fue comunicada la noticia, pero Zacarías dudo de la capacidad de Dios, debido a la edad avanzada de Isabel quedando por ello mudo hasta el momento de la ciscunscisión de Juan.

También en la lectura podemos comprobar la importancia que se le da al nombre elegido para el niño: Juan. Detalle que desde nuestra perspectiva puede parecer desestimado, pero supone una ruptura. Juan pudo ser sacerdote judío, pues su genealogía era muy pura (el padre de Isabel también era sacerdote) pero rompió con su nombre, con sus acciones y con sus palabras. No ejerció como sacerdote judío, sino como profeta ya cristiano preparando el camino a su primo Jesús.

Al final, todo queda en familia.

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