Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 25 de junio de 2012

Vacaciones en Cristiano

Hoy me inquieta el inicio de las vacaciones escolares y la proximidad del tan deseado descanso estival para millones de personas. ¿Por qué? Muy sencillo. Vivimos muchas veces metidos en una espiral que busca que lleguen los fines de semana, los puentes, la Semana Santa, la Navidad o el verano para descansar y poder hacer cosas que durante el "tiempo ordinario" no podemos hacer. Cuando se acercan estas ocasiones, me surge con frecuencia una pregunta: ¿Qué es  lo importante en tu vida? En ocasiones decimos que no tenemos tiempo para hacer una oración más reposada, para leer ese libro que me interesa, para retomar proyectos que necesitan de espacios tranquilos...
Y llega el verano y con él las vacaciones. Y justamente, a muchas personas, les ocurre que continúan sin tiempo para esas cosas. Y ahora no es el agobio del trabajo y de las tareas. Ahora está el dormir más, el ver más tiempo la tele, el no hacer nada...
Y en esas ocasiones me vuelvo a preguntar: ¿que es lo importante en tu vida? Si durante el curso pones de excusa la falta de tiempo, ¿qué excusa tienes ahora? Lo único que se me ocurre es que no es importante. 
Hay ciertas respuestas estereotipadas que tenemos metidas en nuestro subconsciente y nos las creemos. Frente a la anterior, a la falta de tiempo, yo defiendo que cada uno tiene tiempo para lo que quiere. El que es un aficionado a un deporte, saca el tiempo de debajo de las piedras para practicarlo. El que disfruta leyendo, se acuesta y aunque solamente sean dos páginas, no se duerme sin haber leído un rato. El apasionado de las redes sociales no deja de ver ni un sólo día qué ha ocurrido en facebook, twitter, tuenti...
Ahora que llega el verano, el período del año en el que tú eres más que nunca dueño de tu tiempo, te invito a que reflexiones sobre estas cuestiones y dejes un rato para vivir tus vacaciones en cristiano, dedicándote tiempo a ti, a Dios y a los demás. Seguro que merece la pena.

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