Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

miércoles, 27 de junio de 2012

El limbo ya no existe

Hoy me inquieta la existencia del limbo y cómo éste ítem puede servirnos de reflexión para verificar la evolución teológica a través de los siglos.

El limbo es un concepto que se refiere al lugar/estado temporal en el que están las almas de aquellos que no han cometido ningún pecado personal, pero que tampoco se pudieron librar del pecado original mediante el Bautismo. Aquí encontramos a los buenos creyentes que murieron antes que Jesús, y a los recién nacidos.

Éste concepto fue creado por San Agustín y confirmado en el Concilio de Cartago (418) No obstante nuca fue abandonado como tema de debate, y éste, normalmente concluía con la acusación de herejía a las doctrinas propuestas que lo negasen.

Así ocurrió durante el transcurso de los siglos, hasta que el vigente Catecismo de la Iglesia Católica, de 1992, confió estas almas a la "misericordia divina" [+info]. En 2007 la Comisión Teológica Internacional, publicó un documento en el que profundizando aún más sobre este tema se reconoce la incapacidad de definir con exactitud el destino preciso de estas almas, aunque "todos los factores que hemos considerado [...] dan serias bases teológicas y litúrgicas a la esperanza de que los niños muertos sin bautismo estén salvos y gocen de la visión beatífica"

Como podemos comprobar, la teología está en continua evolución y como otras ciencias que buscan la sabiduría, sigue poco a poco aproximándose a la verdad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario