Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 18 de junio de 2012

Fútbol, crisis y religión

Hoy me inquieta este trinomio tan presente en nuestros días. Ayer, en las noticias, veía que, mientras se producían las elecciones en Grecia, los ciudadanos salían a la calle en masa, pero no para celebrar la victoria de un partido político, sino la clasificación de su selección para los cuartos de finales de la Eurocopa de fútbol. Este hecho me recordó una historia de Antony de Mello que contaba que en octubre de 1917, mientras en Rusia estaba teniendo lugar la revolución comunista, la cúpula de la Iglesia ortodoxa estaba reunida para debatir sobre los colores litúrgicos.
Y me cuestiono hoy acerca de los sucedáneos en nuestra sociedad y me pregunto si los cristianos estamos respondiendo a las cuestiones más fundamentales de los hombres y mujeres de nuestro tiempo o nos dedicamos a discutir sobre el sexo de los ángeles.
Muchos cristianos están echando de menos pronunciamientos más fuertes, claros y proféticos de nuestros jerarcas sobre la crisis y las injusticias que acarrea. Es cierto que son muchos los cristianos de a pie que están trabajando por la defensa de los derechos sociales que nos están siendo arrebatados, pero al más alto nivel, el vatileaks, el IBI o la campaña de la Renta son los únicos temas en los que escuchamos a nuestros más altos representantes.
Quien no aprende de la historia está abocado a repetirla, y no habría cosa más triste que darnos cuenta, cincuenta años después, de que la Iglesia no está respondiendo a las necesidades de los hombres del siglo XXI. El fútbol será más o menos importante, pero la precariedad económica y la búsqueda de un sentido para nuestra vida, lo es, cuanto menos, infinitamente más. Cuánto nos queda por caminar...

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