Hoy me inquieta el evangelio de hoy, domingo de Resurrección.
Durante toda la Semana Santa hemos participado en celebraciones y procesiones que conmemoran los últimos momentos de la vida de Jesús. Dios hecho carne que habitó entre nosotros y que lo reconocemos como tal gracias a que no evitó el sufrimiento, sino que sangró y lloró como cualquiera de nosotros hubiéramos sufrido y sangrado camino del calvario. No evitó su condena, pese a haber podido. Junto a él dos hombres sufrieron muertes parecidas, aunque en ese caso por otros motivos y con menos ensañamiento.
Después de su sepultura sucede algo misterioso, la Resurrección. ¿Qué ha pasado con el cuerpo de Cristo? se preguntaron los discípulos. Y aunque ellos vieron al Resucitado, a nosotros se nos pide fe en lo que ellos vieron, pero que debió ser tan fuerte que aquella experiencia perdura aún hasta nuestros días.
No nos quedemos con la fácil creencia de la Pasión de Jesús, demos un paso más y tengamos fe en su Resurrección y en que la nuestra llegará también con el fin de los tiempos. Él es el Dios que abre la senda de nuestro caminar, y aunque la ciencia no dé respuesta a esto todavía, no dudemos en que algún día también la dará, pues es el lenguaje de Dios.
NRQ, a mí me parece que es exactamente al revés: creer en la victoria de Cristo sobre la muerte es muy fácil... En cambio, aceptar nuestra Cruz, aceptar la invitación de Cristo a tomar nuestro sufrimiento de cada día e imitarle, cargándola "como un Crodero llevado al matadero", sin resistirse al mal... eso es mucho más difícil. Como suele decir mi superior, el Domingo es el día más importante de la Semana Santa, pero el Viernes es el que más nos cuesta comprender y aceptar en Fe. Porque aceotar la Cruz, es decir, abrazar tu sufrimiento real, confiando en que Dios se manifiesta en ese sufrimiento, es algo complicadísimo. Es la auténtica vivencia de la Fe.
ResponderEliminarEn mi opinión, claro.
ResponderEliminarMe refiero que a la sociedad, creyente o no, entiende fácilmente que un hombre carismático muriera en la cruz. Esto no es fe, sino hechos históricos demostrables y que no dejan ninguna duda. La fe llega con el misterio la Resurreción. Él demostró que era más que hombre y que es capaz de vencer a la muerte.
ResponderEliminarOtra cosa es lo que tu planteas, que cada uno cargue con su cruz (misión en la vida). Para ello debemos entender la Resurrección en plenitud, y todo lo demás vendría rodado.
El problema es que las procesiones para mucha gente terminan en Viernes Santo ¿Dónde están el resto del año?
Entiendo lo que me dices NRQ. Y estoy pero no estoy de acuerdo. A ver si logro explicarme:
ResponderEliminarSí, lo que desafía a la razón es la resurrección, no la muerte. Sin embargo, no considerar el misterio de la cruz personal en un día como el Viernes Santo es, en realidad, no haber entendido el Viernes Santo, ¿no te parece? Quizá "creer en la muerte de Jesús" en un sentido intelectual es más fácil que creer en su resurrección, pero no en su sentido existencial: en la interpelación existencial y personal de la pasión, muerte y resurrección, es más fácil la parte de la resurrección que la de la pasión. Dicho de otro modo: es más fácil el grito de "Cristo ha resucitado" que el de "Habéis oído que se dijo `ojo por ojo, diente por diente`, pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos". Y el que no vea en el Viernes Santo ese mensaje encarnado en Cristo (que invita al hombre a hacer lo mismo), no ha entendido el Viernes Santo. Que es probablemente lo que pasa en la procesiones, por cierto: no es que crean en la muerte y no en la resurrección, es que no creen ni entienden ni una ni otra; las consideran meras tradiciones. Y celebran más el Viernes por la tradición barroca que escribí en otro comentario [en la inquietud del Viernes Santo escrita por MiqMat], no porque les resulte ni más ni menos comprensible.
(Entiéndeme, no te estoy discutiendo. Creo que ambos tenemos razón, pero lo enfocamos de manera distinta. No sé si estoy yendo más profundo, o simplemente lo estoy enfocando de otra manera -no más profunda ni menos, sino distinta-. Pero al leer el artículo quise comentar lo que comenté, sencillamente. Me gusta comentar.)