Al decir la palabra fundamentalismo se suele tener el prejuicio de mirar hacia los países árabes, quienes día a día nos despiertan con desagradebles noticias de atentados religiosos. Pero el fundamentalismo no existe sólo en forma de jihad, sino que tiene muchas más caras.
En esencia el fundamentalismo es la radicalización de una creencia que surge a la defensiva, enraizado por un profundo temor de ser borrados de la sociedad. Esto hace que el fundamentalista adquiera una visión de la realidad subjetiva más próxima a la paranoia, ésta le hace incapaz de tolerar cualquier otro punto de vista que considera como rival.
¿Cómo reconocer un fundamentalista religioso?
Los fundamentalistas, en su deseo de imponer para no ser excluidos, destacan ciertos párrafos de los mensajes religiosos, olvidando en esencia aquellos que hablan de la paz, la tolerancia, la igualdad...
- Fundamentalista cristiano: ven a judíos, musulmanes y ateos como destinados al fuego del infierno. Recurren con asiduidad a la Apocalipsis, pero rara vez se refieren al Sermón de la Montaña.
- Finamentalista judío: convencidos de que están preparando el terreno para el Mesías, fundan asentamientos en Cisjordania y en la Franja de Gaza, con la declarada intención de expulsar a los árabes.
- Fundamentalista musulmán: cita los versículos más agresivos del Corán para justificar la violencia, haciendo caso omiso de las mucho más numerosas referencias a la paz, la tolerancia y el perdón.
¿Sólo existen fundamentalistas religiosos?
La respuesta es NO. También existe el fundamentalimo ateo que intenta imponer de forma radical el ateísmo incluso a las personas creyentes. En muchos casos, estas orientaciones del pensamiento comienzan queriendo evitar el error de algunos creyentes pero terminan comentiendo el mismo.
Extraido del Libro "En defensa de Dios" de Karen Armstrong
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