Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

domingo, 29 de abril de 2012

El asalariado ve al lobo y huye

Hoy me inquieta el evangelio de hoy.

Hoy Juan nos traslada otra de las analogías que Jesús contaba a sus primeros discípulos. Así pues, en un mundo de ramaderos, campesinos y pescadores, él se define como el Buen Pastor y no como un asalariado. Con esta comparación trata de explicar cuál es su función en el mundo, evitando emplear largas exposiciones teológicas o filosóficas, sino que con gran brevedad consigue transmitir un mensaje claro e inequívoco.

Jesús hablaba en la lengua de aquellos que empezaron a seguirle, fue exigente, porque su mensaje es exigente, pero con los pies en el suelo era capaz de hacernos entender que al igual que una oveja confía con su pastor, pues él le defiende y le alimenta, así nosotros también debemos actuar con él.

Los cristianos y discípulos del siglo XXI no deberíamos olvidar que dependemos de nuestro Buen Pastor, pero a la vez hemos de continuar buscando nuevos ejemplos y lenguajes actuales para tratar de explicar el mensaje del evangelio a las nuevas generaciones, de una forma fácil y que comprendan.

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