Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

sábado, 10 de marzo de 2012

Que llueva

Al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, le inquieta la falta de lluvias y la consiguiente sequía que esto está generando en su tierra y el resto de España. A través de una carta pastoral pide a sacerdotes, diáconos, seminaristas y fieles que en este tiempo de Cuaresma incluyan en sus oraciones una plegaria a Dios para que conceda “el agua que tanta falta nos hace”.

“Pidamos con espíritu confiado al Creador del Universo que se digne a bendecirnos con el beneficio de la lluvia”. En esto se resume la inquietud del prelado que también exige a todos que hagan “un uso responsable y solidario del agua”.  

Pero no sólo en España se exhorta a los creyentes que pidan para que llueva, también en México donde Héctor González, arzobispo de Durango, ha asegurado que se harán procesiones y rezos para que termine la sequía. "Ya estamos repartiendo folletos para que en todas partes los párrocos convoquen e inviten a hacer rogativas, antiguamente en la fiesta de San Isidro se hacían y ahora estamos restaurando esa tradición", expuso. Comentó que se harán procesiones y lecturas de la Biblia, y que en todas las actividades que tiene la iglesia se debe destacar el aspecto a la palabra de Dios referente al tema de la sequía.

No he podido evitarlo. Me he encontrado con esta información y me ha parecido cuanto más interesante. Nunca he escuchado, por lo menos en mi ámbito más cercano, que pidamos en una Eucaristía o una oración por la lluvia o por algún factor meteorológico, solo tras un desastre natural pero nunca lo había visto respecto a la sequía.

Eso sí, todos hemos cantado alguna vez aquello de “Que llueva, que llueva la Virgen de la Cueva…”.

Hoy os propongo una canción que habla de lluvia, pero de "lluvia de amor de Dios que toque los corazones, que llueva la paz y la armonía..."



1 comentario:

  1. Creo que la lluvia de amor que propones sería más eficaz que oraciones contra la sequía que mas bien recuerdan a las tribus africanas o la la religión griega con sus múltiples dioses encargados de controlar los diferentes fenómenos naturales.

    Si en nuestra Iglesia seguimos predicando sobre el milagrismo no es de extrañar que los jóvenes no nos escuchen ¿A caso no llueve porque Dios está enfadado? o más bien el hombre debería emplear la inteligencia que Dios le ha dado para luchar contra la sequía y sobretodo frenar el cambio climático.

    Seguimos estancados en el pensamiento medieval, a esto se le llama Teocentrismo.

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