Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 13 de mayo de 2013

Ir por la vida bendiciendo

Hoy me inquieta el último gesto de Jesús en nuestro mundo. Ayer, fiesta de la Ascensión, pudimos escuchar como Jesús, antes de separarse de sus amigos, los bendice. Este simple gesto les hace volverse llenos de alegría al Templo, a seguir alabando a Dios.

Bendecir, literalmente significa decir bien, alabar, reconocer lo bueno de la otra persona.
Jesús se despide de sus amigos con este gesto, como dejándoles caer su misión en el mundo: bendecir lo que existe; reproducir, con palabras y hechos, la bondad de Dios en nuestro mundo. 
En un mundo en el que basta encender la radio, la tele o internet para descubrir que estamos rodeados de maldiciones: crisis, atentados, guerras, robos, corrupción... los cristianos estamos llamados a bendecir, a ser buena noticia, a mirar y encontrar el lado positivo de la vida, a dar salero al mundo...
¡Qué preciosa misión...! Sobre todo si empezamos hoy, un lunes...

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