Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

viernes, 27 de enero de 2012

¿Pasar la bandeja?

Hoy me inquieta el ofertorio en la misa. Tengo la costumbre de viajar y asistir a la eucaristía en otros países (podría contar innumerables anécdotas de católicos entrando a celebraciones evangélicas y/o protestantes sin saberlo) pero lo que hoy me interesa es una de las diferencias más notables entre las misas celebradas en nuestro estado y en las celebradas en otros países.

Recuerdo una Eucaristía a la que asistí en Roma en la cual, tras la homilía, pareció que la misa estaba en pausa. Los fieles guardaban silencio y rezaban interiormente y unos niños de la parroquia pasaron la bandeja. Más tarde, en el ofertorio, esa bandeja también se ofrecía junto con el pan y el vino y el resto de ofrendas. Otra misa, en Munich, Baviera, siguió también el mismo procedimiento, cuestión que me hace recordar a lo que hablé de ciertos "privilegios" de los neocatecumenales en la misa. En este caso, los "privilegiados" o raros seríamos los de este lado de los Pirineos, que hacemos la celebració de otra manera.

En realidad todo esto me sirve de base para plantear una idea que podría parecer una opinión relativista, pero que me viene a la mente cada vez que veo las diferencias litúrgicas entre países. Muchas veces se proponen cambios en la misa, en especial para las misas más orientadas a niños, que chocan de frente con la oposición de algunos párrocos o fieles: suprimir la segunda lectura, una homilia más corta, el Padrenuestro cantado, etc. Modificaciones que en otros países no lo serían sino que formarían parte del día a día, que surgen de un estudio de la realidad y tampoco me parecen tan atrevidas (nadie ha pedido hacer misas bailadas, que por otra parte, es lo normal en muchas regiones de África).

De hecho muchas veces se les impide a los niños pasar la bandeja con la excusa de que si es un adulto quien lo hace los fieles depositan más dinero por vergüenza. Mi pregunta ante esto es ¿de verdad hemos de fomentar las buenas acciones por vergüenza desde la Iglesia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario