Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 21 de noviembre de 2011

Ojalá fueran besos verdaderos


Hoy me inquieta la campaña de Benetton que tanto revuelo ha levantado por cuanto muestra a líderes mundiales dándose besos en la boca. Pero me gustaría ir más allá del mero escándalo por lo provocativo de las imágenes que, por otra parte, vienen convirtiéndose desde hace años, en un símbolo de la propia marca. Y desde ese prisma me atrevo a coincidir con Benetton.

  • ¿Quién no soñaría conque imágenes como las que muestran, o yendo más allá, la simbología que aparece, fuera una realidad?
  • ¿A quién no le gustaría ver a Obama y Chaves compartiendo soluciones para los millones de personas que sufren en nuestro mundo? ¿o sentándose Estados Unidos y China para hablar de derechos humanos? (por cierto que si fuera para que los chinos compraran la deuda a Estados Unidos, seguramente a Obama no le importaría hacerse esa foto).
  • ¿Quien no firmaría que se terminara el conflicto entre israelíes y palestinos, o que la Iglesia defendiera con voz alta y clara que el Islam es más que fundamentalismo y que, por supuesto, no es una amenaza?
  • ¿A quién no le gustaría una Europa unida en favor de los países que más lo necesitan?
Ayer teníamos la ocasión de poder celebrar la fiesta de Cristo Rey, y en ella el evangelio que se nos proponía no era precisamente un programa electoral al uso. El Reinado de Dios es el de la preferencia por los que menos tienen. Podemos disfrazarlo como queramos, pero la indiferencia con el prójimo no es cristiana, ni tampoco la intolerancia, ni la prepotencia.

Ojalá fueran esos besos verdaderos.

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