Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 6 de mayo de 2013

Vivir contigo

Hoy me inquieta la vida cotidiana del tiempo pascual. El domingo celebraremos la Ascensión de Jesús a los cielos. Jesús nació, vivió, murió y resucitó, dejándonos su Espíritu para que continuemos su camino. Han pasado ya casi cuarenta días desde la celebración del triduo pascual. Mucho tiempo para poder vivir resucitados al cien por cien. Pero también mucho tiempo para que se pasemos de lo extraordinario a lo ordinario tan rápidamente como el que abre y cierra un cajón.
Levantarse por la mañana y disfrutar de este tiempo maravilloso, encontrarse con la Palabra de cada día que te invita a reconocer a Dios en la vida, trabajar como el que quiere ser el rostro de Dios para los demás, disfrutar de un café, de una charla, de un comentario sin mayor trascendencia, de una comida compartida con personas cotidianas pero importantes, descubrir los signos de los tiempos en las noticias (buenas y malas) de la jornada, en lo que tus amigos escriben en facebook o twitter, en la tranquilidad y el ajetreo, en el correr y en el pararse...
Tanto nos habla de Dios que no es posible vivir de otra forma que en Él. Jesús deja la tierra, pero en realidad su Espíritu cada día nos acompaña, nos abre los ojos a lo maravilloso que tiene que decirnos cada día.
¡Somos unos auténticos afortunados!

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