Ernesto Cardenal, monje, poeta, sacerdote, revolucionario… nicaragüense.
Hombre sensible y honesto, hombre bueno.
Desde todos estos rostros de su persona, Cardenal, es un hombre comprometido
con la VIDA, con su mundo cercano y herido por la injusticia, con los pequeños,
débiles y pobres que se generan en estas sociedades nuestras
deshumanizadas. Comprometido con su verso, su servicio sacerdotal y su quehacer
entero.
A partir de una honda experiencia contemplativa en un monasterio de
Kentucky, Cardenal, reflejará en su poesía el sufrimiento, la explotación, el
amor, la ternura, la fe.
El escenario directo de su compromiso es su Nicaragua natal, dominada por
el clan de los Somoza y contra los que no dudará en luchar como un
revolucionario más en las guerrillas urbanas hasta conseguir que el Sandinismo se
hiciera con el poder.
Durante diez años fue ministro de cultura, impulsando las nuevas leyes de
educación, desarrollando la participación ciudadana y colaborando en la
construcción de un clima democrático y popular. Lastimosamente, el gobierno de
Daniel Ortega, sandinista que gobernó junto a Cardenal en otros tiempos y que
hoy rige el país, le ha declarado persona non grata en Nicaragua y raro es el
día que no aparecen acusaciones contra él por rivalidades políticas.
La poesía de Cardenal es coloquial, sencilla, pero al mismo tiempo de una
gran riqueza lírica, donde predomina un verso claro, cargado de una bella
experiencia espiritual y mundana. Cardenal
une el lenguaje místico con el épico, los problemas del proletariado de su
pueblo con la magia de lo cotidiano; la ironía con la intensidad de la vida
moderna.
En 2009 Ernesto Cardenal obtuvo el Premio Iberoamericano de poesía Pablo Neruda, que
recibió el 27 de julio de manos de la por entonces presidenta de Chile, Michelle
Bachelet. El 15 de noviembre de
2012 recogió en el Palacio Real de Madrid, de manos de doña Sofía, el premio de
poesía que lleva el nombre de la reina.
Comparto con vosotros ejemplos de sus obras:
Al perderte yo a ti,
tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras
lo que yo más amaba,
y tú, porque yo era
el que te amaba más.
Pero de nosotros dos,
tú pierdes más que yo:
porque yo podré
amar a otras
como te amaba a ti,
pero a ti nadie te amará
como te amaba yo.
tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras
lo que yo más amaba,
y tú, porque yo era
el que te amaba más.
Pero de nosotros dos,
tú pierdes más que yo:
porque yo podré
amar a otras
como te amaba a ti,
pero a ti nadie te amará
como te amaba yo.
La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche llegar a la
frontera.
El nombre de ese hombre no se sabe.
Hay muchos hombres más enterrados en esa
zanja.
El número y el nombre de esos hombres no se
sabe.
No se sabe el lugar ni el número de las
zanjas.
La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche salir de Nicaragua.
Desde este espacio libre y abierto de Hoy me inquieta mi admiración y respeto a este hombre que ha dedicado su vida en defensa de los más pobres de la sociedad.
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