Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

miércoles, 9 de enero de 2013

Alma de poeta


Ernesto Cardenal, monje, poeta, sacerdote, revolucionario… nicaragüense. Hombre sensible y honesto, hombre bueno. 
Desde todos estos rostros de su persona, Cardenal, es un hombre comprometido con la VIDA, con su mundo cercano y herido por la injusticia, con los pequeños, débiles y pobres que  se generan en estas sociedades nuestras deshumanizadas. Comprometido con su verso, su servicio sacerdotal y su quehacer entero.
A partir de una honda experiencia contemplativa en un monasterio de Kentucky, Cardenal, reflejará en su poesía el sufrimiento, la explotación, el amor, la ternura, la fe.
El escenario directo de su compromiso es su Nicaragua natal, dominada por el clan de los Somoza y contra los que no dudará en  luchar como un revolucionario más en las guerrillas urbanas hasta conseguir que el Sandinismo se hiciera con el poder. 
Durante diez años fue ministro de cultura, impulsando las nuevas leyes de educación, desarrollando la participación ciudadana y colaborando en la construcción de un clima democrático y popular. Lastimosamente, el gobierno de Daniel Ortega, sandinista que gobernó junto a Cardenal en otros tiempos y que hoy rige el país, le ha declarado persona non grata en Nicaragua y raro es el día que no aparecen acusaciones contra él por rivalidades políticas.
La poesía de Cardenal es coloquial, sencilla, pero al mismo tiempo de una gran riqueza lírica, donde predomina un verso claro, cargado de una bella experiencia espiritual  y mundana. Cardenal une el lenguaje místico con el épico, los problemas del proletariado de su pueblo con la magia de lo cotidiano; la ironía con la intensidad de la vida moderna. 
En 2009 Ernesto Cardenal obtuvo el Premio Iberoamericano de poesía Pablo Neruda, que recibió el 27 de julio de manos de la por entonces presidenta de Chile, Michelle Bachelet.   El 15 de noviembre de 2012 recogió en el Palacio Real de Madrid, de manos de doña Sofía, el premio de poesía que lleva el nombre de la reina. 
Comparto con vosotros ejemplos de sus obras:

Al perderte yo a ti, 
tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras
 
lo que yo más amaba,
y tú, porque yo era
 
el que te amaba más.
Pero de nosotros dos,
 
tú pierdes más que yo:
porque yo podré
 
amar a otras
 
como te amaba a ti,
pero a ti nadie te amará
 
como te amaba yo.

La Guardia Nacional anda buscando a un hombre. 
Un hombre espera esta noche llegar a la frontera. 
El nombre de ese hombre no se sabe. 
Hay muchos hombres más enterrados en esa zanja. 
El número y el nombre de esos hombres no se sabe. 
No se sabe el lugar ni el número de las zanjas. 
La Guardia Nacional anda buscando a un hombre. 
Un hombre espera esta noche salir de Nicaragua.



1 comentario:

  1. Desde este espacio libre y abierto de Hoy me inquieta mi admiración y respeto a este hombre que ha dedicado su vida en defensa de los más pobres de la sociedad.

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