Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

sábado, 17 de noviembre de 2012

Rut y la lealtad


Hoy me inquieta la lealtad y cómo se personifica en la historia de Rut en la Biblia. Una lealtad que queda plasmada en estas palabras: “No insistas más en que me separe de ti. Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, moriré y allí me enterrarán” Rut 1, 16.

La historia no es más que la de una pareja con dos hijos que deciden abandonar su tierra por la hambruna y se instalan en medio del pueblo moabita. Sus hijos terminan casándose con dos mujeres moabitas, Orfa y Rut. Mientras estaban en esta tierra, mueren el padre y los dos hijos, quedándose viuda Noemí, la madre de la familia, con sus dos nueras. Éstas, que tenían la posibilidad de rehacer sus vidas, deciden quedarse con su suegra. Un tiempo después, Noemí decide volver a Belén y les pide a Orfa y a Rut que se queden en su pueblo moabita pues ella, viuda y sin hijos, ya no tiene más que ofrecerles y, además, tiene miedo a que no las acepten.

Es en este justo momento cuando Rut permanece fiel a Noemí, a pesar de las dificultades y los obstáculos. Su compromiso muestra que las bendiciones de Dios son más que una esperanza para el futuro. Rut no deja sola a Noemí, a pesar de que pierde a su esposo y le toca ir a una tierra extranjera.

Podemos aprender muchas cosas de la vida de esta mujer, sobre todo, cómo mantener la esperanza en medio de una crisis. Cómo salir fortalecidos de ella y ser leales a nuestras creencias. ¿Qué hubiera pasado si Rut decide quedarse en su pueblo Moabita? Seguramente se hubiera perdido la gran bendición de Dios, el Dios de Noemí en el que ella depositó  su confianza.

Por cierto, Rut significa “amiga/compañera”, ahí lo dejo. 

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