Hoy Marcos nos recuerda un suceso que nos ayuda a comprender que a los discípulos también les costaba creer en Jesús. Él hablaba de una resurrección que ellos no entendían, ni les preocupaba, pues preferían discutir sobre otros temas como quién de ellos era el más importante. Temas banales que a los hombres normales y corrientes tanto nos entretienen.
Poco a poco Jesús va calando en ellos, enseñándoles el nuevo mensaje que explica el verdadero sentido de la vida, en éste se hace fundamental la acogida a los demás, especialmente a los más desfavorecidos, él dice: "el que acoge a un niños como éste en mi nombre, me acoge a mí y [...] al que me ha enviado"
Algunos años más tarde San Pablo dirá en la carta a los Corintios "podría tener una fe para mover montañas, pero si no tengo amor, nada soy" lo que nos revela que la fe es importante, pero si está vacía de obras es como un edificio sin paredes o ¿acaso a un edificio se le puede llamar edificio si sólo tiene pilares?
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