A través del fragmento de san Marcos, Jesús nos presenta dos enseñanzas. La primera que no hemos de ser tan radicales ni seguir la expresión popular "quien no está con nosotros, está contra nosotros", sino que es más bien sucede al contrario, aquella persona que se abstiene en presentar oposición realmente está conforme con aquello de lo que se está hablando, por eso Jesús no prohibió que otros hablaran de él. Este dato es muy significativo en la actualidad, momento en el que muchas religiones hablan de Jesús; además de historiadores, ateos... incluso instituciones o asociaciones dentro de las religiones que destacan más algunos valores Jesús que otros. Este hecho, visto en perspectiva nos ayudan a entender a Jesús y su mensaje en su conjunto.
Por otro lado habla también del pecado, esa acción o pensamiento que nos impide ser mejores y superarnos a nosotros mismos en el camino de la Verdad. En el texto Jesús es duro y radical con las personas que lo cometen, pero no proclama una justicia como la de Moisés, en la que era la sociedad la que vengaba la falta mediante cierto castigo. En este caso Jesús sorprende, y dice que cada uno debe privarse a sí mismo de aquello que le impide crecer, porque al fin y al cabo nadie mejor que uno mismo para reconocer en qué debe mejorar.
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