A las diócesis españolas les inquieta la situación económica actual.
Tanto es así que algunas han optado por aplicar o pedir medidas de austeridad
en sueldos, gastos, etc. Un ejemplo reciente es la iniciativa de la diócesis de
Tui-Vigo que ha decidido congelar el sueldo a sus sacerdotes y dejar la puerta
abierta a que esto siga siendo así el próximo ejercicio. Y es que, como dice el
nuevo vicario episcopal de Asuntos Económicos, Santiago Pérez, los religiosos
son mileuristas y explica que la nómina media es de unos 750 euros a lo que se
añaden “complementos parroquiales”. Los jubilados, por su parte, perciben una
pensión de 640 euros a la que se añade una parte que pone el obispado de
Tui-Vigo de unos 350 euros.
Como es sabido, la Iglesia Católica en España se nutre con la asignación
tributaria, la famosa X en la declaración de la Renta, y las aportaciones
directas de los fieles en las parroquias. Pero, con la crisis actual, el
cepillo se resiente.
Pero no solo hay ejemplos de austeridad en esta diócesis. En Castilla y León, el Obispado de Ciudad Rodrigo, diócesis más pequeña de España, lleva cuatro años aplicando que sus
sacerdotes donen el 10% de su sueldo mediante suscripciones
fijas o entregas mensuales. Por su parte, en Ávila, la iniciativa del obispo, Jesús García Burillo, de que los religiosos renunciaran a su paga extra de verano ha supuesto
una cantidad de 37.000 euros.
Aquí ya hemos comentado
anteriormente ejemplos similares, como el proyecto de “Apadrinar familias” o el del obispo de Solsona, Xavier Novell.
¿Conoces alguna iniciativa
similar? ¿Están respondiendo los obispos y sacerdotes a la necesidad que
plantea esta crisis económica?
Una pregunta sobre algo que me dificulta el entendimiento de tu entrada, Nuria: ¿Hablas de sacerdotes y religioso de manera indistinta, o distingues con esas palabras las realidades regulares (religiosos) y seculares (sacerdotes diocesanos)?
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