Para ponernos en situación, les voy a resumir cual es el tema principal del capítulo anteriormente nombrado. Jordi Évole, presentador del programa, decide investigar sobre la llamada Iglesia Bautista de Westboro. Esta iglesia es un grupo religioso que tiene sede en la casa de Fred Phelps en Topeka, Kansas (Estados Unidos) y que opera independientemente de cualquier otra iglesia bautista u organización religiosa. Phelps es conocido por su homofobia y por predicar que Dios odia a los homosexuales y que les castigará al igual que a cualquier persona que esté insuficientemente en contra de los homosexuales (a los que dentro de su iglesia se llama despectivamente "fag enabler", es decir, "permitidor de maricas”).
Durante el programa el propio presentador así como los espectadores son testigos de todo lo que hace esta familia para llegar a trasmitir su mensaje. Desde adaptaciones de canciones de cantantes famosos hasta manifestaciones en funerales de soldados fallecidos en Irak, incluso él afirma que tales muertes, igual que otros sucesos trágicos como los atentados del 11 de septiembre y el huracán Katrina son causados por Dios debido al odio de éste a los homosexuales y la tolerancia de los Estados Unidos con ellos.
Es bastante bochornoso e increíble todo lo que argumentan los miembros de esta “Iglesia” para dar validez a sus ideas. A continuación, os dejo unos minutos del programa para que lo veais y os deis cuenta de lo increíble que puede llegar a ser la gente.
Así mismo, les pregunto: ¿son verdaderamente parte del cristianismo estos ideales?
La Iglesia no considera malos a los homosexuales, aunque sí considere mala la práctica de la homosexualidad. Al contrario que este caballero bautista, que no parece saber distinguir entre la persona y sus actos, la Iglesia ha enseñado siempre que, estando mal la práctica de la homosexualidad, de manera que bajo ningún concepto debe recibir aprobación (CIC, punto 2357), los homosexuales deben ser tratados con el respeto, amor y misericordia que se le debe a todo hijo de Dios (CIC, 2358). Así, echar pestes del colectivo Lambda o de quienes no denigren la homosexualidad "suficientemente" es, sin duda alguna, no haber entendido el mensaje de Jesucristo, que vino a por los enfermos y no a por los sanos, que comía con publicanos y prostitutas.
ResponderEliminarY en cuanto a lo de los castigos... uf, qué equivocado se puede estar. Jesucristo ya pagó el precio de nuestro pecado al morir en la Cruz, de forma que considerar que Dios todavía va por ahí castigando a quien tiene un comportamiento inmoral son ganas de no haber entendido la mitad de la Biblia, en concreto la mitad del Nuevo Testamento. Si esa persona que peca no se arrepiente de su pecado, en su Juicio particular responderá a Dios por todo ello, porque, aunque Cristo ya haya pagado el precio de nuestro pecado, la persona que no se arrepiente rechaza esa salvación obrada por Jesucristo. Pero, desde luego, eso se le "cobrará" en forma de infelicidad en esta vida y posiblemente en forma de un destino nada agradable en la próxima, pero no con terremotos, guerras y mamonadas.
Dios nos ama tanto que nos creó libres, pudiendo elegir nuestro camino en el regalo de la vida. Si éste fue el deseo de Dios, que es obvio que llega mucho más allá que nuestra limitada capacidad, quienes somos nosotros para juzgar a los demás.
ResponderEliminarSimplemente hemos de ser testigos y predicar del camino que nos reveló Jesús y que lleva a una plenitud, como se ve en la vida de los santos.
De acuerdo con Fr. Maximiliano el castigo a través de terremotos, guerras... son tonterías radicales que distan de dicho mensaje de éxito pleno.