Gran mensaje y profundidad tiene el evangelio de hoy. En él Jesús habla sin tapujos de lo que es y lo que le va a pasar, aunque antes de profetizarlo, como buen maestro, pregunta a sus discípulos qué es lo que han oído del él y qué piensan. Esta clase de preguntas antes de una exposición están muy bien estudiadas desde la pedagogía actual, pues centran al oyente en el mensaje que se le va a transmitir.
Por otro lado, una vez desvelados los excepcionales acontecimientos que le esperan, los discípulos debieron dudar tal y como dudaríamos cada uno de nosotros, pero sólo Pedro se atreve a contradecir al maestro. Ante esto Jesús le dice a Pedro: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres". Podemos pensar que Jesús realiza un breve exorcismo sobre Pedro, extrayendo de él a Satanás (y muchos lo creen así), pero si miramos dentro de la palabra y extraemos el mensaje, comprenderemos que Satanás no es Pedro, ni un alma dentro de él, sino que Jesús emplea esta figura mitológica para poner nombre a esa actitud de dudar ante el acontecer de Dios, e invita a Pedro a superar esa actitud y a ir detrás de él, con la frase que sigue: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga."
Siguiendo literalmente la lectura, los cristianos, durante muchos siglos, hemos hecho cruces de madera y las hemos cargado al hombro, muchas las podemos ver en Via-Crucis y procesiones de Semana Santa que recorren las calles de nuestros pueblos y ciudades, pero lejos de esto, lejos de ese dolor físico absurdo de cargar la cruz, el significado más actual de esta frase podría ser algo como "arrimad el hombro" o "apúntate a levantar mi Iglesia" porque trabajando por la Buena Noticia desde la Iglesia, fiel defensora del mensaje de Jesús es donde la vida se salva y la felicidad se toca.
Todo está muy bien, menos cuando tocas el tema diablo. Parece que ahí siempre patinas. ¿Satanás, una figura mitológica? Puedes decir que Jesús utiliza en este contexto esa palabra en forma simbólica, no como si Pedro fuese realmente Satán, pero sí llamándole así para hacerle ver que, en ese momento, actúa tentando como el diablo lo hace. Pero no se puede decir que Jesús use un "mito" -por eso no es "mitológico"- sino, si acaso y en este contexto, que sus palabras tienen un valor simbólico. En muchos otros las menciones al diablo, en cualquiera de sus nombres, son absolutamente no-alegóricas. Repito, y seguiré insistiendo en ello, que la existencia del diablo y el infierno es parte de la Fe, y no es por tanto opcional creer que hay opción a acabar allí después de morir. Es parte de la Fe católica, y no se es más moderno o más crítico por relativizar esto, sino más heterodoxo.
ResponderEliminarSaludos.