Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 28 de mayo de 2012

¿Dónde está el Espíritu?

Hoy me inquieta el sentido de Pentecostés veinte siglos después. Ayer celebrábamos el nacimiento de la Iglesia. Tras el paso de Jesús por la vida y los momentos posteriores de huída y de desánimo, los primeros cristianos se vuelve a reunir para continuar la obra de su Maestro. Y todo pasaba por hacer una revolución  en el sistema social, económico, ideológico y religioso de la época para acercarse más a la vivencia de lo que Jesús había predicado anunciando la llegada del Reino de Dios.
Hoy, veinte siglos después, esta fiesta me hace cuestionarme sobre la necesidad de una vuelta a ese origen de la Iglesia como comunidad carismática, contracultural y absolutamente alternativa que con el paso del tiempo ha agotado su frescura.
Los cristianos estamos, en su inmensa mayoría, tan amoldados a la sociedad vigente que no podemos actuar en ella como la levadura. Es necesario tener una perspectiva más amplia y, para ello, es obligatorio separarse. ¿Pero como hacerlo en este mundo de ruidos y prisas incapaz de pararse a reflexionar y a escuchar el Espíritu de Dios que tan vivo nos habla en el evangelio y en los signos de estos oscuros tiempos que estamos viviendo?
¿Qué hacer para volver a proclamar, a gritos, con palabras y hechos lo mismo que estos primeros cristianos: Jesús ha resucitado. Nosotros somos testigos?
Es necesario que los cristianos nos paremos a plantearnos si dejamos que el Espíritu guíe nuestras vidas o más bien nos dedicamos a vivir como los demás afirmando que se puede ser cristiano siendo mediocre?
Acabo con las palabras de Jesús a Nicodemo: Es necesario nacer de nuevo, del agua y del Espíritu para poder acercar nuestras vidas y nuestro mundo al proyecto del Maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario