Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 12 de marzo de 2012

Justo a la mitad


Hoy me inquieta la mitad, lo meridiano, la mediocridad. Justamente hoy este tiempo de Cuaresma cumple 20 días, ya hemos pasado la mitad, y hoy me preguntaba: ¿qué ha cambiado en mí en esta semicuaresma que llevo? Hay tantas preocupaciones en la vida de uno, que los días van pasando volando y las páginas de la agenda y del calendario van fluyendo sin parar, en ocasiones casi sin darle a uno tiempo para ser consciente de ello.
A veces justamente en la mitad uno se da cuenta de que la botella está medio vacía o medio llena, la claridad meridiana del tiempo que pasa insoslayable necesita espacio para bucear en el interior y ser más consciente del auténtico ser que se parece mucho a lo que cada uno hace (guste o no)...
Hoy la mitad me suena a mediocridad, a pasar por la vida sobre-viviendo, por encima de ella, de puntillas, como tantas personas que tienen la meta en el final del camino (final del trimestre, vacaciones, descanso, salir de la rutina) y esto les hace perderse la alegría del trayecto.
Pero hoy surge de nuevo una llamada, una invitación a vivir con intensidad la otra mitad, a comenzar la remontada tras el paso por el vestuario, a vivir resucitado para poder entender la pasión de Jesús.
Si todos los cristianos (y no sólo los altos cargos, aunque también ellos) tomáramos este tiempo como una invitación a crecer humana y espiritualmente, el mundo sería mejor, muchísimo mejor, pues este planeta tan inmenso no es más que la suma de muchas personas. Hoy quiero recomenzar esta cuaresma.
¿Y tú? ¿Quieres también retomar con ilusión estos veinte días que restan para la Pascua?


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