Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

domingo, 4 de marzo de 2012

En vez de sentir miedo, se sintieron en PAZ

Hoy me inquieta el evangelio de hoy.

Marcos nos presenta un texto difícil de entender si nos limitamos a los actos humanos y a los hechos basados en física que conocemos, pero intentemos mirar más allá de estos y quedarnos con el mensaje de la narración.

La primera característica a destacar es la subida al monte, probablemente el monte Tabor. La montaña siempre ha sido lugar de alabanza a Dios. Representa una subida costosa, pero una vez arriba nos muestra una gran explicación y sentido que desde la parte baja de la montaña no se puede entender. La religión es esa montaña, con difícil ascenso, pero con una grandioso éxito final.

La tansfiguración. Un concepto difícil de explicar desde las respuestas científicas que actualmente tenemos. No obstante, no debemos olvidar que Jesús mismo era Dios hecho hombre y como en tantos otros fragmentos del evangelio éste hace cosas inexplicables todavía por la ciencia. ¿Es extraño que la ciencia no tenga respuestas para esto? ¿Quiere decir que esto no pasó? Quizá la explicación sea esa, que no hay explicación, al menos por el momento, pero sin duda lo que pasó allí dejó desconcertados a los tres discípulos que acompañaron a Jesús.

Jesús habla con Elías y Moises. Aunque Jesús supuso una ruptura con el judaísmo, se hace evidente que también es continuidad con su esencia. Éste es un gran encuentro con los grandes de la religión judía. Los judíos no debían pues tenerle miedo, sino unirse a su mensaje.

La felicidad de Pedro. Entre Jesús, Elías y Moises Pedro debió de sentirse protegido y en paz. Tanto que les ofreció la construcción de una tienda para cada uno de ellos, y él, humilde sirviente dormiría fuera. Pero Jesús pone punto y final a la revelación, pues él no ha venido al mundo a estar recluido, sino a mostrarse entre los hombres para que puedan salvarse.



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