Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

jueves, 29 de marzo de 2012

Conociendo la Historia de la Iglesia

Hoy me inquieta cómo se organizaba la vida de las primeras comunidades

Veíamos en la entrada anterior, que los cristianos vivieron momentos difíciles y de persecución, pero eso no impidió que la comunidad cristiana se fuera asentando y formando como una sociedad estructurada con su culto, ritos y doctrinas.

Cualquier grupo que quiera durar se va dando así mismo la organización necesaria en función del mundo en el que vive. Se necesitan espacios de encuentro, reglas de funcionamiento, grupos de servicio...

Las comunidades cristianas de estos primeros siglos, a pesar de las dificultades, van organizando su vida interna: los ritos de iniciación (bautismo), la celebración eucarística y la oración, las responsabilidades comunitarias, la atención a los cristianos dispersos en el imperio... serán tareas que lentamente irán fraguando.

Aparecen así los misioneros itinerantes, citado en 1Cor 12, 18, responsables de la evangelización; los doctores, cuyo servicio será la dedicación plena al estudio de las Escrituras; los profetas, que se encargan de comentar la palabra de Dios en las asambleas...

La expansión y creación de comunidades nuevas va a suponer la aparición de nuevos ministerios: los epíscopos (vigilantes o inspectores) que presidían la eucaristía, administraban el bautismo, predicaban y reconciliaban a los penitentes; los diáconos (servidores); los presbíteros (ancianos responsables de la comunidad).

Todos los ministros son instituidos por la imposición de manos, acompañada de la oración y del ayuno Hch 6, 6; 13, 3 y todos son llamados al servicio del evangelio. A todos ellos se les exige rectitud y honestidad, tanto en su vida familiar como social.

La Iglesia, esa pequeña y humilde comunidad inicial, irá creciendo en medio del mundo, cumpliendo la invitación de Jesús: Id y anunciad el evangelio a toda criatura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario