Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

martes, 15 de noviembre de 2011

Decálogo popular de un hombre PRUDENTE

Hoy me inquieta la prudencia, una de las cuatro virtudes cardinales. Nunca se es del todo justo (otra virtud cardinal, por cierto) al intentar simplificar demasiado un tema del que tanto se ha escrito y tanto se ha pensado. En esta ocasión me he basado en un decálogo del libro de Ángel de Novetlé del que ya os hablé en otra ocasión para intentar dar unas bases para el "entrenamiento" de la prudencia. Ahí va:

1. Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy: Muchas veces, dejar algo para luego significa dejar algo para siempre. ¿Cuántas cosas, que tú sepas, estás posponiendo? ¿Cuántas que no sepas?

2. No molestes a otro con lo que puedas hacer tú: Es más enriquecedor si lo haces tú, ¿no crees?. Muchas veces andamos pidiendo que los demás vivan por nosotros, otras, que nos hagan el trabajo sucio.

3. No malgastes el dinero del que no dispones: El dinero o lo que sea. El hombre prudente vive según su realidad i no finge ni pretende ser otro.

4. No compres lo que no necesitas, aunque sea muy barato: También pienso que trasciende al proceso comercial. No consumas la televisión que no necesitas, o los espacios de internet que no necesitas. No inviertas tu tiempo en asuntos que sean perjudiciales, aunque sea poco tiempo. 

5. La vanidad cuesta más que remediar el hambre, el frío y la sed: Bueno no seas vanidoso porque enferma tu espíritu y eso, aunque no lo parezca en su momento, pasa factura.

6. Rara vez te arrepentirás de haber comido poco, y muchas te arrepentirás de haber comido demasiado: Parece mentira pero cuán cierto es. Hagamos sin ansiedad, sin avaricia, con medida.

7. Nada es molesto cuando se hace de buena gana: Todos lo hemos comprobado. Doble mensaje: haz lo que te hace realmente sentir bien y, por otro lado, haz lo que tengas que hacer con la mejor de las actitudes.

8. Continuamente nos causamos molestias tontamente: Continuamente somos inconscientes en nuestras vidas y llegamos a ser nuestros propios obstáculos. El prudente intenta siempre cobrar consciencia de cómo sus propios actos y pensamientos están influyendo en su propia vida. ¿Cuántas veces has tenido la sensación de que estás pagando alguna trivialidad dicha o hecha en el pasado?

9. Toma siempre las cosas por el lado bueno: En esto posiblemente resida gran parte de nuestra libertad, en que siempre podemos decidir cómo vivir nuestra vida, cómo tomárnosla. ¿Cómo prefieres ver las cosas, por el lado bueno o por el malo? porque ellas van a ser iguales...

10. Si estás enojado cuenta hasta diez antes de hablar, y si estás muy enojado, cuenta hasta ciento:  El prudente no deja que le dominen el enfado ni la rabia, porque sabe que no está en condiciones de ser justo. Por cierto, llega hasta mil si es necesario!!

   Hoy una virtud, inquietos, ánimo con la prudencia. Espero vuestros comentarios.

1 comentario:

  1. Miquel Matosses i Messeguer11/16/2011

    Bons consells, cal ser prudents i seguir-los, hehehe.
    Sempre he valorat molt la prudència encara que crec que la societat té una mena d'amor odi amb esta qualitat. Per una banda aprofiten la idea per a vendre'ns assegurances, cotxes grans i resistents, etc. però per altra també es parla de llançar-se, de trencar les normes, de buscar la llibertat.
    Crec que en definitiva el problema és que no sabem distingir entre prudència i la inèrcia de no fer res...

    ResponderEliminar