Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

lunes, 14 de noviembre de 2011

Si no os hacéis como niños...

Hoy me inquieta un video que ha realizado Acción contra el Hambre. Al verlo me recordó esa frase que Jesús le dijo a sus discípulos: "Si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos".



Cada vez que se pone la infancia como ejemplo de algo se hace por alguna de estas dos razones. La primera es para aprender de ella esos valores que con la edad y la socialización vamos perdiendo. La segunda es para mostrarla como una etapa vital a superar para lograr la madurez.

Hoy nos quedamos con la primera, pues los niños son los únicos capaces de entender de forma simple el mundo. Si no hay para todos, lo mejor es compartir. Hace unos años leía que si solamente los cristianos diéramos el 0,7% de nuestros ingresos, se acabaría el hambre en el mundo. Solo los cristianos. No hablamos de gobernantes, ONU, UNICEF, G20... No: solo nosotros.

En el inicio de esta semana nos toca hacernos esta pregunta: qué estoy dispuesto a dar hoy. La Madre Teresa de Calcuta decía: “Nunca tengáis temor de dar. Dad hasta que duela. Y no déis lo que os sobra. Dad lo que os hace falta”.

Pero no estamos hablando solo de dinero hoy. Hablamos de todo lo que somos y tenemos. Alegría, ilusión, fe, una palmada en la espalda, esperanza, compañía...
Empezamos una semana y para muchas personas empieza un proceso de semi-depresión hasta el jueves, cuando comienza a verse la luz de un fin de semana para ser "libres".

Estimado lector, cómo compartir esta semana puede ser una buena pregunta para que nos ronde en la cabeza durante estos días. Os invitamos desde aquí a que compartáis (ya que va de eso) en los comentarios qué podemos hacer para que nuestro mundo sea algo mejor, eliminando de nuestra mente lo complicado, retomando la actitud de los niños que simplemente ven y actúan en consecuencia.

1 comentario:

  1. Realmente es verdad lo que intenta transmitir el vídeo. Otro ejemplo es que los niños que más gente de otros países conocen, resulta que son menos racistas e incluso les puede costar entender los prejuicios que tenemos sobre los extrangeros.

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