Siguiendo en la reflexión de este tema, pienso que si en algunas clases y pasillos de colegios encontráramos fotos de Mahatma Gandhi o de Nelson Mandela seguro que muchos padres sentirían alegría de que sus hijos conociesen a tales personajes que tanto han luchado por la paz y la igualdad de derechos. En cambio, quizá algunos de esos mismos padres, ponen el grito en el cielo cuando se pone un crucifijo o una imagen de Jesús que es el ejemplo supremo de entrega por los demás.
Sinceramente, considero que conocer a Jesús es positivo para el crecimiento en valores del niño independientemente de su ideología, aunque hasta musulmanes y judíos tienen un trato bastante especial y cariñoso hacia su figura.
No obstante no podemos olvidar que la representación de los iconos es muy importante, y no deberíamos colocar ciertos crucifijos sangrantes y desfigurados en las aulas, especialmente en las de los más pequeños, pues más bien producen un efecto contrario al deseado.
<-- Adaptemos los crucifijos según edades -->
Como conclusión, me aventuraría a decir que mientas hubiera un único niño en el aula que entienda quién es el que está representado en esa figura y quiera hablar de él a sus compañeros debería ser posible que toda la clase pudiese gozar y aprender de la presencia de un crucifijo. Y si no hay nadie en la clase que lo conozca, entonces que lo quiten, porque un crucifijo debe servir para mucho más que para ocupar el hueco vacío de la pared.
<-- Adaptemos los crucifijos según edades -->
Como conclusión, me aventuraría a decir que mientas hubiera un único niño en el aula que entienda quién es el que está representado en esa figura y quiera hablar de él a sus compañeros debería ser posible que toda la clase pudiese gozar y aprender de la presencia de un crucifijo. Y si no hay nadie en la clase que lo conozca, entonces que lo quiten, porque un crucifijo debe servir para mucho más que para ocupar el hueco vacío de la pared.
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