Hoy me inquieta el evangelio de hoy en el que Juan el Bautista se nos autopresenta como "la voz que grita en el desierto".
La Virgen Inmaculada y Juan el Bautista son personas muy recordadas durante el tiempo de Adviento, ya que ambos son referentes claros y predecesores al fenómeno que vamos a recordar en próximas fechas, el nacimiento de Jesús.
Especial persona y sin duda carismático Juan el Bautista, comenzó a practicar el bautismo con motivo de la fe, llegando a bautizar al propio Jesús. Éste diría de él que era él más grande entre los hombres.
El desenlace de la vida del Bautista será trágico, como el de muchos de los que entregan la vida a Dios. Acabará decapitado por orden de Herodes poco antes de la muerte de Jesús.
Un gran ejemplo y predecesor del cristianismo. Él que nos dejo una nueva forma de entender a Dios y allanó el camino al que "bautizaría con vida eterna", abriendo la fe, no sólo a los judíos, sino a todos aquellos con voluntad de creer, y eliminando la ciscunscisión por el agua que limpia del pecado.
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