Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

martes, 20 de noviembre de 2012

La Fe, por Sebastián Vera, O.P.


Hoy me inquieta eso que llamamos fe, y pienso que no es otra cosa que la conciencia  del hombre que al descubrirse como ser limitado trasciende, se proyecta y busca llenar ese vacío con algo superior a él porque no puede llenar por sí mismo. Fe es ese don que invita a dar una respuesta a los interrogantes, es una puerta abierta para descubrir otra realidad, es eso que me provoca la necesidad de preguntarme muchas cosas.

Por eso, hoy me inquieta tanto compartir lo que ha supuesto la fe para mí: ha sido aquello que ha hecho desarrollar mi conciencia de ser persona, mi pensamiento a través de mi vida;  fue lo que me hizo salir de mi “yo”  particular para entablar una relación con un “tu”, es aquello que me hace pensar que no estoy solo aquí en el mundo, que a mi lado hay otro que es igual que yo. Y por eso, me surge el sentimiento de ser más humano, de acabar con  mi sentimiento narcisista y tomar una nueva conciencia que es la de actuar en favor de ese otro, como yo, que está a diario en la calle sufriendo: el inmigrante, el indigente, el desahuciado, por esta crisis de la que todos hemos sido cómplices y al mismo tiempo victimas.

Por eso, me inquieta  que la causa de no amar a Dios es la falta de fe; la causa de la falta de fe viene motivada por la falta de convicción y la falta de convicción nace de no arriesgarse por algo que valga la pena en la vida. Sin creer no se puede amar, sin convencimiento no se puede creer. Por tanto, fe es igual a vivir para el otro.

Sebastian Vera,  O.P.

1 comentario:

  1. Gracias por compartir con nosotros tu vivencia de fe. Me quedo con el último párrafo sobre todo. Pienso que resume la esencia de lo verdaderamente importante.

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