Hoy me inquieta la situación económica de las escuelas católicas de la Comunitat Valenciana.
Según los datos aportados por los colegios su situación económica es
de gran inestabilidad, muy cercana a la situación de "quiebra". Los déficits económicos derivados de la falta de subvenciónes públicas, oscilan entre los 100.000 y los 250.000 euros por año, según el tamaño del centro.
Dicha situación se ve empeorada por la difícil situación económica de muchas de las familias españolas que llevan a sus hijos a estos colegios.
Pero, resulta contradictorio e injusto que el sector de la escuela católica
concertada, que se ha diferenciado por la optimización de recursos, el
ahorro público y la buena calidad de su servicio; sea el que se vea castigado por nuevos
recortes que se traducen en supresión de conciertos de algunas aulas,
denegación de aulas de apoyo, impagos reiterados de otros
gastos que fuerzan a algunos centros a tener que pedir créditos, etc.
Muchas de estas medidas se plasman negativamente en el servicio
prestado a los alumnos en temas como los refuerzos, la
orientación escolar, etc.
De este modo, nos debemos plantear si es viable continuar con uno de los servicios que más ayuda al Estado en materia de educación, como es la educación católica concertada; o es mejor eliminar totalmente cualquier ayuda a estos centros escolares y privatizarlos completamente.
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