Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

jueves, 1 de marzo de 2012

Conociendo la Historia de la Iglesia

Hoy me inquieta los cristianos en un mundo hostil.
Mientras el grupo de cristianos fue reducido, no hubo grandes problemas con ellos.
Pero el evangelio se extiende y son muchos ya, los que inician una vida nueva. Empiezan a ser distinguidos de las comunidades judías de las que provenían. Son muchas las fraternidades cristianas implantadas en territorios del Imperio. Con la expansión comienzan a surgir las tensiones.
El cristianismo, que viene de Oriente, es extraño y sospechoso para los ciudadanos romanos; son emigrantes con costumbres raras.
Es inútil que los primeros escritores cristianos apologistas, defiendan a sus comunidades ante la opinión pública y las autoridades.
Los primeros movimientos de acoso sobre ellos se producen motivados por murmuraciones "curiosas" que calan hondamente entre el pueblo llano.
Tres son las acusaciones más importantes que se realizan sobre ellos:

- Que los cristianos son ateos. No seguir la religión oficial era una aberración; una ofensa a los dioses y por lo tanto la posibilidad de que estos descargasen sus iras sobre las poblaciones.
- Que los cristianos practican el incesto. Sus "banquetes nocturnos" (eucaristía) consistían en orgías y fiestas entre "hermanos y hermanas".
- Que los cristianos son antropófagos. Se comen el cuerpo y se beben la sangre de un niño, víctima de un sacrificio ritual.
(Minutio Félix, OCTAVIUS, IX, 6)

Este tipo de comentarios fraguó entre la masa y dio origen a un desprecio generalizado hacia las primeras comunidades cristianas.
Como podemos apreciar, ya desde el inicio, lo cristiano irrita, molesta al poder establecido y es objeto de recelo, cuando no de persecución abierta, como veremos en próximas entradas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario