Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

miércoles, 15 de febrero de 2012

Sexualidad, con intención no sólo reproductiva

Hoy me inquieta el origen de la familia, pues aunque muchas especies viven en grupos con varios machos y varias hembras o un único macho dominante, la figura de padre, madre y crías como núcleo es única en la especie humana, teniendo en cuenta además el largo periodo que las crías están cuidadas por sus antecesores.

Según este interesante reportaje de la revista Quo [+info] parece ser que todo comenzó hace 800.000 millones de años, cuando el encuentro sexual entre macho y la hembra se separó de la orientación seguida en el resto de especies:
  • La fidelidad. La hembra no tenía época de celo. De haber sido así sólo hubiera atraído al hombre una vez cada 4 años, dedicándose el resto del tiempo al embarazo y la lactancia. Hecho que hubiera provocado irremediablemente la promiscuidad del macho. 
  • El amor. Al no tener época de celo, pero sí apetito sexual, tanto macho como hembra empezaron a encontrarse de forma habitual, empezando a generar de esa forma un sentimiento desconocido para el resto de especies, el amor.
  • La mirada. También, a diferencia con otras especies, el acto sexual homínido tiene un encuentro visual con el otro individuo, esto permitió reforzar los vínculos de unión y fidelidad.
  • El placer. La postura vertical de la hembra dificultaba la fecundación, ya que el simple efecto de la fuerza de la gravedad y el movimiento hubiese provocado la pérdida del fuido seminal, para esto fue fundamental el orgasmo (sobretodo el femenino), para forzar así el reposo postcoital durante el tiempo necesario para la fecundación.
  • El alimento. El macho cazador se encargaba de buscar la carne, la mujer recolectora se encargaba de buscar las frutas y verduras. En el regreso ambos compartían esta dieta equilibrada y se encontraban en el placer.
  • La familia. Establecidos los primeros vínculos amorosos, las crías podían empezar a crecer en este incipiente núcleo familiar, teniendo suficiente tiempo para desarrollarse, aprender y sin preocuparse por la búsqueda de alimento.
Hoy los teólogos nos dicen que Dios no creó el mundo en 7 días, pero que su Palabra creó el mundo porque Él emplea el idioma de la ciencia, y cuanto más conocemos nuestros orígenes más podemos descubrir que las casualidades no existen, sino que tienen un porqué y un sentido.

1 comentario:

  1. Hay estudios que demuestran que hasta las abuelas cuidan de las crías al nacer, puesto que la madre ha de dedicarse a la obtención de recursos. 

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