Hoy me inquieta el ejemplo de María que pone punto y final al último domingo de adviento y por lo tanto también es ella la encargada de abrir el capítulo de la Navidad.
María dijo Sí. Un Sí incondicional y entregado. Sin utilitarismos ni segundas intenciones. Un Sí con completa confianza.
Un milagro pasa hoy en el evangelio que Lucas nos narra. María, sin conocer varón va a dar a luz al Salvador por obra y gracia del Espíritu Santo. Ella acepta la voluntad de Dios, aunque recién casada con José podría haber sido acusada de adulterio.
En este fragmento actúan sobre María las tres personas de nuestro Dios: la palabra del Padre, la llegada del Espíritu Santo y la concepción del Hijo. Un misterio de nuestra fe muy debatido durante siglos por los Teólogos, y que bien claro deja que algo excepcional pasó en Nazaret 9 meses antes del nacimiento de Jesús.
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