Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

martes, 6 de diciembre de 2011

ASERTIVIDAD: el equilibrio entre pasivo y agresivo

Hoy me inquieta el estilo que adoptamos al hacer valer nuestras opiniones o nuestros derechos. Vivimos en un mundo social en el que continuamente se dan cruces de intereses u opiniones enfrentadas. La forma en que reaccionemos en estos momentos tiene gran repercusión para nosotros (autoestima, seguridad, ...) y para los demás. Normalmente se describen tres estilos de comunicación básicos:

Estilo agresivo: El estilo agresivo se caracteriza por un alto nivel de conflicto percibido por las dos partes. El agresivo expone sus opiniones como verdades irrenunciables. Se sitúa, por ende, por encima de los demás y se cierra pronto en banda. Normalmente la gente lo tendrá como un prepotente o un extremo y generará principalmente crispación y/o sumisión buscando siempre o encender o anular a su interlocutor. 

Estilo pasivo: En este estilo se opta por anularse a uno mismo, por miedo o pasotismo, guardando para sí las opiniones propias. El pasivo deja siempre de defender aquello que quiere o piensa por no entrar en conflicto. No se ve capaz de aportar argumentos ni razones en pro de sus ideas o intereses sin entrar en un conflicto al que huye. Normalmente no es una persona valorada ni tomada en cuenta, muchas veces no es ni conocida. Vive según los intereses y derechos de los demás pero no de los suyos. Valora más,  en cierto modo, a los demás que a sí mismo. Autoestima y autovaloración bajas.

Estilo asertivo: Este es el estilo del equilibrio. Se defienden los intereses, derechos y opiniones de uno mismo sin pasar ni querer pasar por encima de los de los demás. Se valoran tanto las ideas propias como las ajenas. Es el estilo del ganar-ganar: busca siempre una opción que enriquezca la relación y la convivencia para los dos. Cuando tiene que decir algo, lo dice pero con respeto y tranquilidad, fomentando el entendimiento y no el conflicto. Se muestra tal como es aceptándose y valorándose, y aceptando y valorando al otro.

En nuestra vida de cristianos, inquietos, ¿cuántas veces hemos tenido, y tendremos, que defender nuestros derechos o exponer nuestras opiniones?. Sinceramente pienso que el estilo asertivo, por su respeto a la libertad y por su valoración del otro, es y debe ser el estilo cristiano

¿Cómo defendemos nuestros derechos en el trabajo, en casa o con los amigos? ¿Somos creadores de conflictos o sabemos jugar al ganar-ganar? ¿Con qué estilo manifestamos normalmente nuestras opiniones y preferencias?

Feliz y asertiva semana, inquietos.

1 comentario:

  1. Galileo Galilei tiene una gran frase al respecto que dice: nunca me he encontrado con alguien tan ignorante de quien no pudiese aprender algo

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