Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

martes, 27 de septiembre de 2011

... COMO a ti mismo

Hoy me inquieta la forma de querernos a nosotros mismos. Esta inquietud me viene de hace tiempo, una de tantas veces que escuché esta lectura del Evangelio de San Marcos:


En aquel tiempo, uno de los letrados se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos. Le dijo el escriba: Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que El es único y que no hay otro fuera de El, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: No estás lejos del Reino de Dios. Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas. 

Marcos 12, 28-34

"Amarás al prójimo como a ti mismo"... ese "como" hizo una revolución en mi cabeza. Porque claro, ¿qué significa este adverbio?, pues significa igualdad, semejanza, equivalencia, etc. A mí siempre me habían enseñado que hay que querer al prójimo, pero aún nadie me había dicho que también tenía que quererme a mí. Quizá nadie me lo dijo por lo peligroso de esa vanidad y esa soberbia que nos alejan del prójimo, de Dios y en definitiva de nosotros mismos; esa prepotencia y engreimiento, ese orgullo mal entendido que nada tiene que ver con el verdadero amor.

Pero ahí está: "amarás al prójimo como a ti mismo"... de forma semejante. Y es que quizá amarnos de verdad, sintiéndonos hijos de Dios y amando nuestra vida como el gran tesoro que es, quizá así amemos más y mejor al prójimo. Veo importantísimo desarrollar un verdadero amor por uno mismo, por la gran obra que es, para poder realmente amar a nuestros hermanos. 

¿Pensáis que quien ama mucho al prójimo se ama poco a sí mismo? Yo cuando veo a alguien que ama mucho siempre pienso "cuánto se amará a sí mismo", porque cuánto bien se hace uno a sí mismo amando y entregándose a los demás.

¿Pensáis que el amor al prójimo pasa por un amor a Dios y un amor a uno mismo? ¿Habría que trabajar y reflexionar más sobre la forma en que Dios nos pide que nos amemos a nosotros mismos? ¿Puede una persona que no se respeta, respetar a los demás? Una persona que no se quiere, ¿querrá realmente a alguien?

Hasta la próxima, inquietos. Amad a Dios, amad al prójimo y amaos a vosotros.


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