Hoy me inquietan los botones.
Sí, los botones. Muchos pensaréis: ¿Botones?, ¿qué importancia puede tener un botón para llegar a dedicarle una entrada? Son objetos que llevamos siempre con nosotros y de los que no solemos conocer demasiadas cosas. Según la Real Academia Española, un botón "es una pieza pequeña de metal, hueso, nácar u otra materia que se pone en los vestidos para abrochar y asegurar".
Por lo tanto, "abrochar y asegurar". Esta sería la función de los botones. ¿A caso no es lo que buscamos las personas? O por ejemplo, los cristianos, en Dios podemos encontrar alguien que nos abroche, nos dé felicidad, nos proporcione seguridad. Y es que los botones no son solamente redondos, pequeños, planos... hay una gran cantidad de diseños distintos. Mirad si son únicos que incluso algunas prendas, cuando las compran, llevan consigo una pequeña bolsita con varios de ellos dentro porque si se pierde uno es difícil encontrar otro igual. No como las cremalleras. Las cremalleras también aseguran y abrochan pero son muy aburridas, suelen ser de color gris y la mayoría son similares. Ahora muchos estaréis pensando: "Vale, son más feas y aburridas, pero son más cómodas en la práctica diaria que los botones".
A mí me gustaría relacionar estos dos productos con la vida. Es cierto que desabrochar un pantalón con cremallera cuesta menos que uno con botones pero hay quien dice que "en la dificultad también reside el encanto" y muchos prefieren una vida inmersa en una rutina cómoda que una en la que se presenten retos (es totalmente respetable). Pero los botones representan el reto, y hoy en día pocos son los que, por ejemplo, saben coser un botón.
Así que ahora es vuestro turno inquietos, qué escogéis, ¿botón o cremallera?
Uffff, Tema atrevido Nunu.
ResponderEliminarTras tu reflexión ahora veo en los botones las pequeñas metas que nos marcamos en nuestras vidas y que van uniendo las piezas sueltas de tela que es nuestra vida.
Por otro lado no se si "en Dios podemos encontrar alguien que nos abroche" o más bien es el maestro que nos enseña el sentido del botón, a disfrutar durante el duro abrochado y a mantener siempre viva esa meta que sí nos lleva a la felicidad.
Buena apreciación la de que Dios no nos abrochja sino que nos acompaña en la meta de hacerlo. :)
ResponderEliminarEsta entrada me ha encantado, me encanta hablar de las cosas pequeñas de las que no te fijas, pero estan ahí y hacen algo importante, como el botón de un ratón, sin el cual no podriamos hacer muchas cosas importantes, o no tanto... :)
ResponderEliminar