Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

viernes, 1 de abril de 2011

La misa sin sacerdote

Hoy me inquieta la posibilidad de celebrar una Eucaristía sin sacerdote.

El verano pasado una mujer mayor, a la que aprecio mucho, me comentó que uno de los domingos tuvo lugar, en la capilla de la playa donde veraneaba, una celebración bastante extraña para ella y quizás también para muchos de nosotros. ¡Celebramos una misa sin sacerdote!, decía. Y más que indignada parecía sorprendida.

Esta práctica es posible aunque bastante desconocida en España. Si miramos a otros países, especialmente sudamericanos, este tipo de celebraciones son bastante comunes, pues en muchos casos sólo cuentan con un sacerdote cada 20 o 30 pueblos. Esta incapacidad de visitar todos ellos cada domingo hace que los sacerdotes nombren a laicos para que guíen esta "misa sin sacerdote" o llamada por su nombre: Celebración de la Palabra. De esta manera su tarea se ve reducida a las siguientes que ya son muchas: confesiones, celebración de bodas, bautizos, entierros y también a la bendición de las formas que entregan a la comunidad mediante una celebración de la Eucaristía tradicional y que se emplearán posteriormente en las sucesivas Celebraciones de la Palabra en ausencia del sacerdote.

Quizás sacerdotes y laicos de la vieja Europa deberíamos concienciarnos de que el futuro de la Iglesia debe andar hacia las Celebraciones de la Palabra. Aunque ni sacerdotes ni laicos parecemos dispuestos a movernos de nuestro "trono", mientras en nuestras parroquias reducimos el horario de misas y en consecuencia se van perdiendo parroquianos.

Aquí tenéis un ejemplo de Celebración de la Palabra, con comunión y sin sacerdote.

2 comentarios:

  1. Anónimo4/02/2011

    Querido Enrique, me temo en esto tambien discrepamos. Es como tener una operación sin médico. Yo por ejemplo no me sentiria capacitado para ello, como voy a leer la biblia he interpretalo delante de cualquier comunidad. Para eso hay que estar preparado y estudiar teologia. Si no nos convertimos en evangelicos, que pueden hacer interpretaciones personales de la palabra. De todos modos estos temas necesitan de discusiones mas profundas, pero la discrepancia siempre es buena.

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  2. La estructura de la celebración de la palabra no contempla que el laico que la guíe pueda hacer una homilía. Eso sólo lo puede hacer un sacerdote. En el caso de la celebración de la palabra se invita, si procede, a que se hagan reflexiones, incluso por varios de los asistentes.
    No obstante es obvio que el guía debe tener una buena preparación, aunque ni esto garantiza que sus reflexiones marquen a los presentes, de la misma forma que pasa con las homilías de los sacerdotes, que hay muchas buenas, pero otras...

    En cualquier caso gracias por tu opinión.

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