Con la entrada de Jesús en Jerusalén comienza la Semana Santa. En ella vamos a ver como la euforia de sus habitantes quienes le recibieron con palmas y ramas de olivo, se transforma en ira, en muy pocos días, llevándolo finalmente al Monte de la Calavera.
Hace 2mil años, en la capital judía, se vivía una fuerte opresión romana que provocó confundir a Jesús con un libertador de flecha y espada. Lejos de eso, Jesús liberaba el pensamiento religioso, cuestinando la doctrina de los rabinos y proponiendo nuevos mandamientos basados en la igualdad y la bondad de Dios.
Ante tanta novedad ideológica, tanto seguimiento popular y viendo que no iba a liberar al pueblo judío de la opresión romana, es evidente que Jesús suponía más un problema político y religioso que una ayuda al adoctrinamiento. Por eso tenía ya los días contados desde el mismo momento en que asumió que entrando en Jerusalén estaba entrando ya en la Pasión.
Hace 2mil años, en la capital judía, se vivía una fuerte opresión romana que provocó confundir a Jesús con un libertador de flecha y espada. Lejos de eso, Jesús liberaba el pensamiento religioso, cuestinando la doctrina de los rabinos y proponiendo nuevos mandamientos basados en la igualdad y la bondad de Dios.
Ante tanta novedad ideológica, tanto seguimiento popular y viendo que no iba a liberar al pueblo judío de la opresión romana, es evidente que Jesús suponía más un problema político y religioso que una ayuda al adoctrinamiento. Por eso tenía ya los días contados desde el mismo momento en que asumió que entrando en Jerusalén estaba entrando ya en la Pasión.
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