En resumidas cuentas, el evangelio de hoy nos recuerda que debemos ser como la sal y la luz.
Como sal porque hemos de darle sabor y sentido a la sociedad, diluidos entre ella y sin buscar protagonismos.
Como la luz porque hemos de guiar la mundo hacia el camino del éxito, y este éxito no puede ser íntegro si no es siguiendo el ejemplo de aquél que lo dio todo muriendo en la cruz.
Comentar la palabra de Dios no es facil, lo de hoy es muy tentador decir ser sal y luz, pero hay que leer la primera lectura de Isaias y profundizar mas.
ResponderEliminarSeguramente nos pasaria como el joven rico