Hoy me inquieta el amor en pareja, su evolución y cómo el deseo de respuestas inmediatas merman nuestra llamada a la FElicidad.
A través de películas, cuentos, libros y también en primera persona, todos hemos sentido mariposas que se mueven en el estómago cuando estamos con esa persona especial que representa todo lo que el ser humano es capaz de alcanzar. Nace en nosotros una atracción sexual, enormes sentimientos positivos "estoy en una nube", una visión utopizada, pues no vemos a la persona como es sino como nosotros queremos que sea, y en muchos casos un desajuste hormonal que modifica nuestros hábitos alimenticios y de descanso. El error es confundir estos sentimientos con el amor auténtico al que debe dirigirse la pareja.
El amor pleno en pareja y que lleva a la felicidad comienza cuando el enamoramiento termina, pues con los pies en el suelo somos capaces de observar con verdad quién está delante nuestro. Vemos sus virtudes, pero también sus defectos, y pese a ello decidimos seguir amando. Descubrimos sus gustos, preferencias, objetivos... para poder empatizar mejor. Compartimos aquello que nadie más sabe, y sobretodo esperamos reciprocidad para disfrutar de los momentos felices y también para superar juntos las dificultades de la vida, que a partir de ese momento pasan a ser carga compartida.
Reflexivo, pero no inquietante
ResponderEliminarSí, quizá se ha quedado en simple reflexión.
ResponderEliminarPero vino precedida por una inquietud que surge cuando habitualmente me preguntan ¿No te cansas de estar tantos años con la misma pareja?
Aunque oiga muchas veces esta pregunta nunca deja de sorprenderme.
La inquietud es cuando le preguntan a mi pareja"¿No te cansas de él?"
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