2 Ave Marías y 10 abdominales

Hoy me inquieta la salud, la vida y el culto al cuerpo.

Salen de todos lados, los ves corriendo por las calles o en la playa, en bicicleta por lo más alto de los montes o por el más llano de los lugares, en las piscinas, pistas deportivas o simplemente por los caminos mochila en mano. Son los amantes del deporte que hacen del esfuerzo un gozo, a la vez que cuidan uno de los mayores regalos de Dios, su cuerpo. Y es que esta moda ha venido desde la razón para quedarse.

Los cristianos defendemos la vida porque la consideramos el bien personal más grande que Dios nos ha dado. Pero como siempre tendemos a expresarlo en forma prohibitiva: "no al aborto", "no a la eutanasia", "no a comer carne"... (en la dieta también, pues, no es casualidad que el cristianismo como el resto de religiones fomente el ayuno o la ausencia de carne en ciertas épocas del año, ya que esto alarga la vida). Quizá deberíamos cambiar nuestro lenguaje y decir un profundo SÍ A LA VIDA, pero no sólo en materias en las que actuamos de espectadores o más bien de jueces, pues la mayor parte de los ciudadanos no se enfrentará nunca a situaciones como la eutanasia o el aborto, sino saliendo a la calle y defendiendo la vida con el SÍ del deporte. Con los datos en la mano, la obesidad eleva la probabilidad de fallecer antes, siendo en los paises desarrollados una de las cusas más comunes de muerte no natural.

Lejos quiero dejar mi reflexión del famoso "culto al cuerpo" que no cuida precisamente de la vida, pues los esteroides, las operaciones de cirugía y demás mentiras corporales, son estrellas fugaces que se encienden pero que pronto se apagan. Sólo la verdad, el esfuerzo y la constancia son una vez más los que nos acercan al fruto de la felicidad.

 Anímate, cálzate las deportivas y disfruta