Ya nos hemos vuelto inmunes a esas imágenes en la que los romeros saltan la verja para ser los primeros en cargar a la Blanca Paloma y poder así llevarla por las calles de este pueblo onubense de unos 1.600 habitantes, que pasa en unos pocos días a cerca del millón.
Los empujones, arañazos, codazos y demás golpes son el resultado de esta ferviente devoción que busca el contacto físico de una imagen que intenta representar, como cualquier otra, las virtudes y el ejemplo de disponibilidad de la joven María ante los deseos de Dios.
La pregunta que deberíamos hacernos es si realmente para la mayoría es un ejemplo de humildad y sencillez o más bien un becerro de oro que actúa como talismán ante las dificultades de la vida. Porque en una de estas dos opciones no caben ni los golpes ni las aglomeraciones.
Los empujones, arañazos, codazos y demás golpes son el resultado de esta ferviente devoción que busca el contacto físico de una imagen que intenta representar, como cualquier otra, las virtudes y el ejemplo de disponibilidad de la joven María ante los deseos de Dios.
La pregunta que deberíamos hacernos es si realmente para la mayoría es un ejemplo de humildad y sencillez o más bien un becerro de oro que actúa como talismán ante las dificultades de la vida. Porque en una de estas dos opciones no caben ni los golpes ni las aglomeraciones.
Cuanto becerro hay hoy día: solamente hay que ver las procesiones de Semana Santa, o la de cualquier festividad de cualquier patrono de cualquier pueblo, también se puede ir a Lourdes o a Fátima...: cuanta gente acude a pasar pañuelos, estampitas... por la imagen del Santo Cristo, para tener protección todo el año, cuanta gente acude a la misa y a la procesión del día de la Virgen sin saber porque, pero como es la Virgen de mi pueblo... y ya no va a volver más a la parroquia hasta entonces... (bueno, quizá el día de Navidad)
ResponderEliminarEse dios-talismán no es el mío.