Porque la senda desde la inquietud a la confianza viene marcada por la reflexión

sábado, 11 de junio de 2011

Me alegré de ver a la Virgen

Hoy me inquieta la Virgen de la Milagrosa de mi calle.

Ayer, al entrar en mi casa, me llevé una gran sorpresa. En el recibidor estaba la Milagrosa, dentro de su curioso maletín, recordándonos que ella siempre está presente aunque nosotros habitualmente la olvidemos. Entonces sentí una enorme alegría, pues hacía muchos meses que no la veía. Fue como el reencuentro con un amigo o revivir ese momento de tu película favorita que tantas emociones despierta.

En mi calle hay una tradición que viene de antiguo y que iniciaron y coordinan las Monjas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Ellas ponen a disposición de los vecinos la imagen de la Virgen Milagrosa que tenéis en la foto y los vecinos, haciendo una cadena, nos la vamos turnando de tal forma que siempre te la deja un vecino en la puerta y tu al cabo de 24h se la pasas al siguiente. Durante ese tiempo puedes hacer una pequeña oración o simplemente sentir alegría por recordar que la Virgen está siempre presente en nuestras vidas.
En cualquier caso, cuando hablemos de las devociones a las diferentes Vírgenes, hemos de ser cautelosos, y recordar que todas ellas representan, con sus diferentes apellidos, las virtudes de la Madre de Cristo, y en ningún caso estos bustos de madera o piedra deben convertirse en "dioses paganos". Y digo esto, porque mucha gente se obsesiona con una imagen de Virgen o Santo, olvidando que el verdadero sentido no son la propia Virgen o Santo, sino el reflejo de Cristo que supusieron en vida.

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