La sociedad consumista está quitando el hambre de cosas mejores.
La inquietudes de muchos niños, jóvenes y adultos van encaradas en este sentido. Saciar impulsos consumistas, que lejos de producir una satisfacción real y acercarlos a la felicidad produce en ellos un placer instantáneo con el que distraer la mente pero que es como ir en mecedora, entretiene pero sin llevar a ningún lado.
Busquemos el sentido real y no nos convirtamos en barbies de plástico hermosas y llenas de complementos pero frías y sin corazón.
Busquemos el sentido real y no nos convirtamos en barbies de plástico hermosas y llenas de complementos pero frías y sin corazón.
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