Que a la Conferencia Episcopal Española le inquiete la transmisión
de la fe a las nuevas generaciones no es nuevo, pero, tal y como ha afirmado el
arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, “actualmente el gran problema es la
importante descompensación de edades dentro de la Iglesia”.
Ante todo diálogo, mucho diálogo. Esta parece ser la clave que se
debe seguir para llegar a los jóvenes y, en general, al resto de la humanidad. Y
el prelado pone al Concilio Vaticano II como ejemplo de “conversación y
esperanza”. A su juicio, "el diálogo en la Iglesia no es
una moda pasajera".
Cumplidos cincuenta años de aquel “macro-díalogo eclesiástico”, ¿no
sería un buen momento para levantar el telón y volver a realizarlo? Si es
cierto que la brecha de edades dentro de la Iglesia Católica se está ampliando,
¿no sería un ejercicio sano y enriquecedor preguntar a aquellos que van a ser
los herederos de la comunidad de Dios?
Frente a aquellos que critican a la Iglesia de imponer normas, el
arzobispo de Valladolid recuerda que es precisamente ésta la que apuesta por el
diálogo, contrario al relativismo, “para llegar a consolidar una sociedad basada
en valores”.
Pues eso, diálogo, esperanza y confianza. ¿Qué le preguntaríais al
arzobispo sobre este tema si tuvieseis la ocasión? Yo, sin dudarlo, le
preguntaría por qué papel cree que tendrán las generaciones venideras dentro de
la Iglesia, si será el mismo que hasta ahora o evolucionará a otros ámbitos.
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