A Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo, le inquieta la muerte de Whitney Houston. En su carta semanal dirigida a la diócesis asturiana ha rendido un pequeño homenaje a la cantante de la que alaba “su hermosura encantada”. El prelado no ha podido evitar sentirse apenado y expresar la seguridad de que “esa voz tan llena de fuerza y talento” le hubiera asegurado una vida “serena y gozosa”.
En su escrito, Sanz ha recordado otros casos de personajes que por diversas razones perdieron su vida y recuerda que suele ser fruto de “no saber dar con lo que permite ver las cosas y vivirlas de un modo agradecido”. El arzobispo de Oviedo califica estas muertes de “emblemáticas” pues sobrecogen no por su ya de por si pérdida, sino por las circunstancias y lo que mueve a ello, en este caso, el de Whitney.
En una de sus reflexiones, el prelado destaca que “Dios acoge y escucha nuestros gritos y plegarias, los que logramos expresar con serena piedad y los que lanzamos a los vientos sin saber que los dirigimos a quién solo nos puede escuchar sin engaño”. Recuerda también que en momentos de angustia la oración suele convertirse en un grito y “no debemos tener miedo a confiarle Dios el peso que llevamos dentro".
Como melómana y amante de soul, pop, gospel y todo tipo de música, no puedo evitar sumarme al recuerdo realizado por el arzobispo de Oviedo y pedirle a Dios que acoja en su seno a esta gran voz. Nos deja canciones como “Greatest Love Of All”. DEP.
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